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El breakdance como deporte olímpico: ¿bueno o malo para la cultura del baile?

El breakdance como deporte olímpico: ¿bueno o malo para la cultura del baile?

El breakdance como deporte olímpico: ¿bueno o malo para la cultura del baile?

El mundo del baile siempre ha sido muy exigente y, a la vez, muy apasionante. Hay tantas variantes de baile que es difícil no encontrar alguna que nos guste y apasione. Sin embargo, en los últimos años ha habido una gran controversia por la inclusión del breakdance como deporte olímpico. ¿Es esto bueno o malo para la cultura del baile?

El breakdance es una forma de danza urbana que se originó en las zonas marginales de Nueva York en los años 70. Esta danza supone la unión de elementos del hip hop, acrobacias y movimientos corporales impredecibles. El objetivo del breakdancer es demostrar su creatividad y habilidad en un cypher, que es un espacio de baile circular donde el bailarín se encuentra en constante competición contra otros bailarines. En este sentido, el breakdance tiene un gran componente deportivo, pues los bailarines compiten entre ellos para demostrar quién es el mejor.

El breakdance es una disciplina que ha ido ganando cada vez más seguidores en todo el mundo. Esto ha llevado a que se empiece a considerar su inclusión en los Juegos Olímpicos de París 2024 como deporte invitado. Si bien esto puede parecer una gran noticia, no todos están de acuerdo con esta decisión.

Por un lado, aquellos que defienden la inclusión del breakdance como deporte olímpico argumentan que esto le dará más visibilidad y reconocimiento. Además, se considera que este hecho animará a más jóvenes a practicar este tipo de danza, aumentará la competencia y fomentará el deporte. En este sentido, se espera que la inclusión del breakdance sea un impulso para una disciplina que aún no está lo suficientemente valorada.

Por otro lado, hay quienes creen que la inclusión del breakdance como deporte olímpico podría ir en detrimento de la cultura del baile. Algunos están preocupados por cómo el breakdance se mezclará con otros deportes y si su naturaleza realmente encaja en los Juegos Olímpicos. Además, hay preocupaciones respecto a cómo el espíritu competitivo del breakdance puede afectar negativamente al sentido de comunidad que se forma en torno a esta danza.

Uno de los argumentos más fuertes a favor de la inclusión del breakdance como deporte olímpico es la posibilidad de que esto haga avanzar la disciplina y mejore la calidad de las competencias. La inclusión en los Juegos Olímpicos significaría un valor añadido a nivel de organización, apoyo y financiación. Además, esta medida podría impulsar el desarrollo del breakdance en áreas donde aún no está tan presente.

Sin embargo, en contra de este argumento, hay quienes creen que esta medida no mejorará en absoluto la calidad de las competencias, sino más bien la reducirá. Si el breakdance se manipula para encajar en el marco de los Juegos Olímpicos, puede que se pierda parte de su espíritu y esto afecte negativamente a su acogida en la cultura del baile.

Por otro lado, hay preocupaciones sobre la forma en que la competición podría cambiar el carácter del breakdance. El objetivo de esta danza ha sido siempre la creación de una comunidad y la mejora personal, no la competición por una medalla. Si la razón principal de bailar breakdance se convierte en la competición por una medalla, se corre el riesgo de erosionar la cultura y las tradiciones que han llevado a la creación de esta danza.

Para algunos, la inclusión del breakdance como deporte olímpico es una oportunidad para que la disciplina sea respetada y valorada. Sin embargo, si esta inclusión da lugar a una competencia desenfrenada y a una pérdida de los valores que han inspirado la creación de la danza, podría tener un efecto negativo en la cultura del baile en general.

En resumen, la inclusión del breakdance como deporte olímpico es un tema controvertido que aún no tiene una respuesta definitiva. Si bien la inclusión puede proporcionar recursos y visibilidad a esta danza urbana, también hay preocupaciones sobre la forma en que la competición puede cambiar su naturaleza y la relación entre los bailarines. Si la inclusión de este deporte en los Olímpicos se hace con respeto y considerando su naturaleza, esto podría ser beneficioso para la cultura del baile, pero si se hace de forma desconsiderada, se corre el riesgo de dañar los valores que han hecho que el breakdance sea una disciplina tan exitosa.